Nuestra compañera y flamante licenciada y profesora en Sociología Mariana Antúnez estuvo a cargo del discurso principal para lxs 230 egresadxs de las carreras de pregrado, grado y posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales que recibieron su Título Universitario. El Acto de Colación se llevó a cabo en el Comedor Juan Gutiérrez y se realizó en el marco del 60° aniversario de la Facultad.
En su tesis de grado, Mariana analizó las trayectorias laborales de recuperadores informales de residuos durante el proceso de reconversión laboral en el vertedero de La Bebida en 2014, explorando las condiciones, oportunidades y desafíos asociados a esa transición. Recordemos, en San Juan, durante el 2012, la provincia inauguró un Parque de Tecnologías Ambientales (PTA) en la localidad de La Bebida, Departamento Rivadavia, como parte del Programa Estratégico de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (PEGIRSU). Ese establecimiento se convirtió en el primer centro de recepción, clasificación y disposición final de residuos sólidos urbanos generados por los hogares de los departamentos cercanos a la ciudad. El PTA se emplazó en el antiguo vertedero a cielo abierto más grande de la provincia, que durante más de ochenta años fue un espacio donde cientos de personas buscaban materiales para la venta y el autoconsumo en condiciones de extrema precariedad e insalubridad. La creación del PTA marcó un cambio significativo al insertar a los recolectores informales de residuos en el mercado laboral formal, transformándolos en empleados del nuevo parque. Su tesis está en proceso de publicación constituyendo un aporte de gran importancia para la sociología del trabajo sanjuanina.
Sin más, compartimos con Uds. el discurso.
Hoy nos reunimos para celebrar un momento muy especial en nuestras vidas: nuestra graduación. En el tiempo que nos llevó transitar nuestras carreras, cada una y cada uno de nosotros hemos tenido que enfrentarnos a diferentes desafíos. A pesar de las diferencias en las historias personales, compartimos el orgullo y la alegría de haber logrado el tan ansiado objetivo. En esta ocasión, quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones:
La Facultad de Ciencias Sociales, que este año conmemora su 60° aniversario, además de brindarnos conocimientos, nos ha ofrecido un espacio de encuentros, de diálogo y construcción colectiva. En estas aulas, aprendimos a tolerar, a convivir y a respetarnos mutuamente, otorgando valor a las diferentes voces.
A lo largo de los años que transité por esta facultad, en la carrera sociología, aprendí que nada es posible sin la ayuda de otros. La calidad humana y el espíritu de compromiso y solidaridad es lo que me llevo para aplicar en mi desempeño profesional, además de los conocimientos adquiridos.
Mi trayectoria no fue lineal, sino que tuvo varias etapas que fueron transformándome en lo que hoy soy. La sociología marcó un antes y un después en mi vida, me abrió la cabeza, cambió mi mirada ante el mundo cotidiano y hacia los demás. No admite quedar impasible ante situaciones injustas. En tiempos de ausencia de estas aulas, me interpelaba cotidianamente. Esto, lejos de alejarme, me acercaba más y más a trabajar en dar cierre al trabajo de tesis, que asumí con muchísimo amor y compromiso.
Al reflexionar sobre nuestras trayectorias educativas, es importante reconocer que cada una y cada uno de nosotros ha vivido un viaje único. Algunos han enfrentado desafíos significativos en el camino, como la conciliación de estudios con trabajo, la pa/maternidad o la superación de barreras personales y sociales. Estas experiencias nos han moldeado, enseñándonos la resiliencia y la importancia de la perseverancia. Cada obstáculo superado nos ha acercado a este momento.
La universidad pública argentina se construye como un claro ejemplo de inclusión y ascenso social del que todos deberíamos sentirnos orgullosos. Defender ese derecho es nuestra tarea y nuestra responsabilidad. Muchos de los egresados y egresadas que hoy recibimos nuestro título, somos primera generación de universitarios en nuestras familias.
La defensa de la educación pública se erige como la posibilidad de que cada individuo, sin importar su origen socioeconómico, pueda acceder a una formación de calidad. No olvidemos nunca que se trata de un derecho humano fundamental, aunque intenten hacernos creer lo contrario.
Cada una y cada uno de nosotros ha tenido la oportunidad de formarse y crecer en este entorno, y es nuestra responsabilidad garantizar que las futuras generaciones también tengan acceso a esta riqueza. La educación es el motor del cambio social, y como profesionales de las ciencias sociales, tenemos el deber de ser agentes de transformación en los entornos en los que nos desempeñemos.
Las ciencias sociales son esenciales para entender y abordar los conflictos que nos rodean. Nos enseñan a analizar la realidad desde múltiples perspectivas, a cuestionar lo establecido y a buscar soluciones creativas y justas. En un mundo cada vez más polarizado, donde la información abunda, pero la comprensión profunda escasea, nuestra labor se vuelve crucial. Debemos ser capaces de escuchar y dialogar, de construir puentes en lugar de muros, y de promover la inclusión en todos los ámbitos de la vida social, haciendo uso del poderoso instrumento de transformación que tenemos en nuestras manos.
En este nuevo camino que comenzamos a transitar, debemos tener presente la filosofía de la praxis, como esa unidad dialéctica entre teoría y práctica, comprometiéndonos a llevar el conocimiento a la acción, siempre desde una perspectiva crítica y ética. La investigación, la acción social y la colaboración son esenciales para construir una sociedad más justa y solidaria.
Queridos graduados y graduadas, tengamos la satisfacción de disfrutar y amar nuestra profesión, asumamos el compromiso de ser sensibles, pero no neutrales. Seamos profesionales comprometidos, haciendo valer nuestros saberes y nuestra alma máter. Ejerzamos nuestras labores con pasión y compromiso, mantengamos la curiosidad y nunca nos olvidemos de aquello que nos motivó a elegir nuestra carrera.
Para finalizar, y a título personal, quisiera agradecer a nuestros y nuestras docentes, quienes han sido guías y mentores en este camino. Su dedicación y pasión por la enseñanza han dejado una huella indeleble en cada una y cada uno de nosotros. A nuestras familias, gracias por su apoyo incondicional. Y a ustedes, egresados y egresadas, les deseo un futuro lleno de oportunidades y logros.
¡Felicitaciones a todos y a todas!
Muchas gracias